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Apuntes del Profesor Luis Carrasco-Garrido

Desafíos organizacionales y operacionales en  respuesta a emergencias

Problema país

 

                En Chile, el servicio de extinción de incendios y atención de emergencias públicas   es atendido por los Cuerpos de Bomberos, cada uno de los cuales presta servicios a  una o más comunas. Trescientas once corporaciones de derecho privado con sus propios sistemas de gestión y mando e instituciones que muchas veces, al ser convocados a una emergencia provincial o regional, son capaces de trabajar en forma organizada, procurando siempre proteger vidas y bienes, motivación plasmada a partir de nuestros orígenes.  Un elemento catalizador de las voluntades individuales constituye al Junta Nacional de Cuerpos de Bomberos de Chile, que asocia libre y voluntariamente a la casi totalidad de esas corporaciones brindándoles apoyo en gestión y desarrollo institucional.

 

                 Este es un compromiso autoimpuesto y mantenido por casi 160 años.  El servicio de bomberos voluntarios en Chile ha demostrado no solo eficiencia y eficacia si no que se ha incorporado a la conciencia colectiva principalmente por su asociación y adhesión  ciudadana y sus evidentes resultados.

 

                La capacidad de respuesta operativa  de Bomberos de Chile puede ser valorada  en forma utópica, con algunos matices subjetivos,  por cualquier ciudadano, pero es un hecho concreto.  Corporativamente compartimos la vocación de servicio público, el compromiso por la atención integral del servicio y principalmente,  compartimos y respetamos voluntariamente  la organización que institucionalmente implementamos en cada una de las emergencias a las que acudimos.

 

¿Qué implicancias tiene el atender y compartir la atención de  emergencias de gran envergadura para estos Cuerpos de Bomberos voluntarios  con las otras entidades participantes en una gran emergencia?, ¿Qué condiciones debieran darse y resolverse a nivel país para asegurar en el tiempo la calidad del servicio?  ¿Qué problemáticas deberían ser previamente coordinadas y solucionadas ínter institucionalmente para que Bomberos de Chile, pueda ofrecer, a pesar de todo nuestro desempeño, un servicio confiable y técnicamente mucho más eficiente a la comunidad?  Son estas las preguntas respecto a las cuales reflexionaré en términos generales.

 

La mayoría de ustedes tiene fresca en su memoria dos hechos relevantes que han marcado públicamente  la actividad bomberil en Chile durante este año; la actuación de un equipo de Bomberos en el terremoto de Haití y el despliegue nacional institucional durante el terremoto del pasado 27 de febrero.  Bomberos de Chile, con sus propios recursos financieros,  humanos y materiales cumplió en ambos acontecimientos. Somos la organización de atención de emergencias de más rápido despliegue público. Fuimos capaces, como lo demostramos, de colocar en los sitios de los sucesos, mas de 15.000 hombres antes de los 10 minutos de ocurrido el cataclismo. 

Por otra parte, los recursos asignados a Bomberos de Chile están concebidos para cubrir sus “operaciones habituales”. Más aún, los presupuestos siempre deficitarios de Bomberos colapsan en situaciones de mediana y aun de baja magnitud pero prolongados. Eventos como los mencionados producen déficit presupuestario importante además de la pérdida y mayor desgaste de sus materiales y equipos. ¿Como aseguramos que una emergencia que escapa a los cánones habituales ponga en peligro, por falta de medios,  el trabajo que debemos continuar brindando al resto de la población?

 Bomberos de Chile no es solo el despliegue en las oportunidades más llamativas y relevantes.  Somos el trabajo diario e incansable, hora a hora, minuto a minuto durante todos los días de todos los años, sin pedir nada para si mismos, solo para atender mejor nuestro compromiso.

Estas dos actuaciones importantes  y de connotada imagen pública corresponden  intrínsecamente al espíritu institucional. La primera obedece a un requerimiento superior. Fuimos solicitados y cumplimos. Pero esas destrezas y habilidades han sido forjadas con trabajo y esfuerzo. La capacitación y entrenamiento de nuestros hombres y mujeres ha sido el eje de desarrollo central de la Junta Nacional durante más de 20 años  Los resultados están a la vista.

Por otra parte el principal desafío que deja la experiencia del 27 de febrero y la seguidilla de eventos posteriores es comprobar la operatividad concreta del actual Plan Nacional de Protección Civil.  Éste contempla múltiples coordinaciones interinstitucionales, ensayos y ejercicios previos, aseguramiento de recursos y distribución de los mismos y otros factores importantes como la constitución e instalación  de un comando operativo centralizado en las zonas de catástrofe.  Bomberos asume y entiende la absoluta necesidad de un mando de gestión de emergencias centralizado y profesional  en estas situaciones. Las situaciones ocurridas, el descontrol y desorganización superior prueba, en la práctica, la falta de operatividad de dicho Plan al producirse numerosos vacíos y tiempos de espera en la toma de decisiones y coordinaciones necesarias para priorizar y ordenar la respuestas a la emergencia en las zonas afectadas. 

Esto supone la falta de un adecuado respaldo técnico, pero además la necesidad de que las personas que deben asumir roles dentro de este plan, tengan la adecuada capacitación y entrenamiento para hacer efectivos y eficientes dichos roles en su aplicación.

                A nuestro juicio, el Plan debe ser evaluado y modificado a la brevedad incorporando los actores objetivos que la realidad impone.  Importante sería valorar que cuando se realicen las modificaciones y/o ajustes al Plan Nacional de Protección Civil, se  considere, como siempre se ha hecho,  la opinión de diversos actores involucrados, incluidos Bomberos de Chile, en cada de sus etapas, de manera de incorporar, en la medida posible,   procedimientos y estructuras funcionales  y técnicas y no incurrir en omisiones que se lamenten en futuras emergencias o tener que ser considerados en forma improvisada en la atención de este tipo de emergencias.  Las disposiciones que contenga el Plan debieran asegurar en control de las emergencias, con un adecuado nivel de recursos y otorgando atribuciones regulatorias para impedir las iniciativas individuales, incluso de nuestros integrantes,  que solo provocan caos, descontrol  y desorden, amen de gran desgaste de medios.

 

                Un segundo nivel de problemáticas que Bomberos enfrenta en Emergencias de Incendios u otras de gran envergadura  en zonas urbanas, es la falta de redes de aseguramiento de recursos y materiales para un  alto rendimiento, que garanticen un control seguro en el menor tiempo posible de dichos eventos.  En la actualidad, por ejemplo,  las redes de agua para  incendios públicas (grifos) están conectados a la red común de agua potable de todas las ciudades del país, careciendo muchas veces del caudal necesario para incendios importantes.

 

                Además la disponibilidad de dichas redes queda sujeta a cortes de agua producto de fallas eléctricas, sismos, aluviones o similares, lo cual deja sin protección a los sectores urbanos industriales ante incendios.  Deben diseñarse por tanto, redes de incendio exclusivas con abastecimiento de aguas semi-tratadas con caudales y presiones adecuadas para incendios industriales y que no sean vulneradas por sismos, cortes de energía, aluviones o similares.

 

                Otro problema operativo visualizado en la reciente emergencia es la falta de disponibilidad de combustible para vehículos y herramientas de bomberos ante cortes prolongados de energía eléctrica que inhabilita las estaciones surtidoras. Como asegurar entonces la mantención del servicio y su comprobada utilidad. Debe incluirse en cualquier plan de contingencia futuro estaciones de servicio estratégicas con suministros propios de energía eléctrica, las cuales estén disponibles para vehículos de emergencia.

 

                Bomberos de Chile, necesita asesoramiento y compromiso estatal para la reconstrucción de cuarteles asísmicos, que no colapsen ni se inunden, que tengan fuentes propias de energía y combustible para abastecerse durante días, con sistemas de comunicaciones estables y que sean, por la presencia comunal que tenemos, el verdadero polo de atracción, coordinación y administración de emergencias en las diferentes comunas del país.  Debemos entender que cuando colapsan los sistemas de atención de emergencias, se produce la catástrofe.  Esto no debe suceder en un estado moderno y dinámico.

 

                Son estas algunas  ideas, las que en términos generales resumen las conclusiones institucionales que hasta el momento Bomberos de Chile ha podido reflexionar; La  necesidad de validar y entrenar sistemáticamente el Plan Nacional de Protección Civil, Redes de Incendio de Alto Rendimiento,  asegurar el abastecimiento de combustibles y recursos de mantención y sostenimiento, el desafío que implica actualmente, la reconstrucción de cuarteles.  Muchas de ellas, ideas marco,  las podremos reflexionar conjuntamente con otras organizaciones en un gran consenso nacional, generando quizás nuevas conclusiones, las cuales podremos compartir una vez que demos por fin, finalizada la atención a esta gran emergencia.

 

 

 

                                                                  Miguel Reyes Núñez

                                                                   Presidente Nacional

 

 

  

                                                                                                      Santiago, 25 de Marzo de 2010.-

 

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